Proyecto Adict@s Mayo 2012: La Doble Imagen

Este mes el proyecto se realiza en pareja. Cada integrante tiene que escribir un relato inspirado en la imagen que se les haya asignado.
Mi compañero de proyecto es Dreik de´Lenfent y él publicará el suyo en su blog Gotas de Tinta, el cual les invito a leer clickeando en el título de su blog.

AMOR INMORTAL

«Allí debería estar. En el mismo lugar donde estuvimos juntos por última vez. En ésa época de magia y dragones. Cuando Araus nos condenó a vagar de vida en vida, hasta que halláramos el manuscrito en esa misma torre», pensó Dorian, sin poder evitar sumirse en la tristeza al recordar a la bella Beatriz de esa época.

Continuó caminando con las manos hundidas en los bolsillos de la chaqueta mientras las imágenes de aquel tiempo medieval se dibujaban frente a él; frente a esa añeja construcción, testigo silencioso de antiguas y cruentas batallas, cruzadas y conquistas.

Era un tiempo donde la magia estaba a la orden del día, donde los dragones surcaban el aire con su aliento caliente y devastador. Era una época donde el amor entre magos de distintos grados y clanes era asunto prohibido, pero ni él ni Beatriz estaban dispuestos a seguir leyes que iban en contra del amor y de la pasión que comenzó a surgir entre ellos en los albores de su juventud. Y que continuó creciendo e intensificándose con el correr de los años y a escondidas de sus respectivas familias.

El amor que se profesaban era acto consumado desde hacía mucho tiempo y ya habían dejado de cuidarse las espaldas cuando creían tener a todos engañados. La última noche que estuvieron juntos se escondieron en esa edificación, ya abandonada en esa época, y apartada de sus respectivas aldeas.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Dorian al recordar esa última noche juntos. Miró hacía el cielo que se iba tiñendo de tonos rojizos y suspiró al tiempo que cerraba los ojos buscando revivir esos instantes una y otra vez, como venía haciendo desde que fue condenado a vagar en el tiempo. Y otra vez, sus dedos volvieron a acariciar esa piel canela, suave y ardiente. Y otra vez, volvió a ver caer el vestido de Beatriz que dejaba al descubierto las curvas de su cuerpo para él, de ese cuerpo que conocía como la palma de sus manos y que jamás pudo olvidar ni dejar de añorar.

Continuó caminando, apurando el paso para llegar al lugar que ahora se encontraba en restauración, antes de que la noche cubriera todo con su manto oscuro. Debía llegar a una de esas torres y encontrar lo que buscaba como fuera.

Nuevamente, los recuerdos de esos últimos momentos regresaron sin permiso a su memoria. Las mismas emociones y sensaciones seguían presentes en él; la misma intensidad y profundidad de esa pasión que los envolvía cuando estaban juntos y los llevaba a una entrega desmedida y necesaria como la vida misma.

«Araus dijo que nunca podríamos descansar en paz hasta que lo encontráramos. Dios...¿Beatriz ya lo habrá intentado?». Sacudió la cabeza tratando de alejar el recuerdo de la infinidad de veces que lo habían buscado desde que comenzaron a caminar por el tiempo. En ninguna de esas oportunidades llegaron a coincidir en ese lugar, el mismo día, del mismo mes, de cada año de todos los siglos que venían sobreviviendo. Ya no sabía que era lo que lo angustiaba más: si saberse inmortal debido a la maldición del mago mayor de su clan hacía él y la mujer, ó el hecho de añorarla constantemente y no haberla podido ver ni una sola vez.

Sumido en estos pensamientos comenzó a subir lentamente las escaleras de una de las torres, la que ya podía subir a ciegas por las repetidas veces que la había ascendido. Aun así encendió la linterna que había llevado por precaución, iluminando los gastados e históricos escalones. Antes de llegar a la cima de la torre le pareció escuchar un leve sonido. Se detuvo y apagó la linterna, en la oscuridad continuó ascendiendo; cuando ganó el último escalón instintivamente esquivó el ataque de alguien que lo esperaba agazapado. Logró atrapar a su atacante en la oscuridad y arrinconarlo contra la pared con el peso de su cuerpo, al tiempo que lo tomaba por el cuello. Alumbró de inmediato con la luz de la linterna y se encontró con unos ojos negros y profundos, poblados por unas espesas pestañas negras, que conocía bien.

―¡Beatriz!―exclamó sorprendido.

También ella lo miraba sin poder creer lo que veía. Su barbilla comenzó a temblar y las lágrimas se agolparon en sus ojos.

―Dorian ―susurró dulcemente.

Aflojó el agarre pero no la soltó, permanecieron mirándose mientras sus ojos comenzaban a derramar el dolor de tanto tiempo de estar separados. Se abrazaron y besaron sin necesidad de decirse nada, ya no importaba lo que pasara con ellos si al fin habían podido burlar el destino y reencontrarse.

Beatriz lo tomó de la mano y lo llevó hacía un rincón. Allí había un pico pequeño tirado en el piso y tierra esparcida en torno a un hoyo profundo, en cuyo fondo descansaba el manuscrito lacrado que tanto habían buscado. Arrodillados junto al hoyo se miraron y una luz brillo en sus ojos. Ahora que estaban juntos había que decidir si poner fin a sus vidas inmortales y morir en paz, o continuar juntos esa existencia a la que los habían condenado.

Se tomaron de las manos, sonriendo, y se besaron.

―Una última noche por todo este tiempo sin ti ―susurraron al unísono.

Y lentamente comenzaron a quitarse las ropas sin dejar de mirarse...

Luego, ya habría tiempo para que sus almas hallaran la paz robada y permanecieran juntas para toda la eternidad...



Mayo 2012

Gracias por leerme, y no olviden pasar a leer la interpretación que Dreik de´Lenfent hizo de la imagen aquí:

GOTAS DE TINTA