Proyecto Adict@s de octubre 2011: Especial Halloween

DESDE EL OTRO LADO


tagline:

"Hoy es el día, al fin sera convocado. La puerta al otro lado se abrirá para él y gozara de todo el placer que no puede obtener donde se encuentra . . ."

Al fin noche de viernes y en halloween, no  podría haber sido mejor.

Esa noche, su hermanita saldría a juntar caramelos con sus pesados amiguitos y sus padres, seguramente, se juntarían con los vecinos a jugar al pocker; y Darla tendría el camino libre para llevar hasta su cama a su sexy novio, jugador de rugby, puro músculos.

Aún no entendía como sus padres tomaron tanta confianza con los nuevos vecinos, no hacía mucho que se habían mudado y se pasaban en su casa. A ella realmente no le gustaba, eran algo raros y presentía que ocultaban algo.

En fin, era asunto de ellos y ella no podía desperdiciar la oportunidad de estar un rato a solas con su novio.

Mientras ordenaba su cuarto pudo verlos,  desde la ventana, golpear en la casa de los vecinos; salió a recibirlos el Sr. Bardé, le sonó raro ya que siempre los había visto juntos a él y a su mujer.

Cuando vio que sus padres ingresaban a la casa vecina siguió con lo suyo, pero al ir a cerrar las cortinas le pareció ver a lo lejos a la Sra. Bardé.

Escondiéndose tras la cortina comenzó a espiarla y la vio entrar al sótano llevando un bulto en la mano. Al principio no le dio importancia pero después ingreso corriendo su hermana pequeña con cara de pánico, seguida por todos sus amiguitos. Lo único que le faltaba en su noche.

— Vimos un monstruo cerca de la plaza — gritaban todos juntos.

— Chicos, chicos, a ver si se calman. Veamos, es noche de halloween y obviamente van a ver a muchas personas disfrazadas esta noche, tratando de asustarlosssss — les decía levantando los brazos, al tiempo que los pequeños chillaban todos juntos.

— No, no estaba disfrazado, era de verdad y se escondía tras los árboles. Tenía unas uñas horribles así de largas — le hacía la descripción su hermana.

Los chicos estaban muy nerviosos así que decidió llevar a cada uno a su casa y a su hermana se la llevaría a sus padres, con la excusa de que había quedado en salir con su novio y un grupo de amigos.

Cuando llegó a casa de los Bardé, antes de golpear se le ocurrió investigar en el sótano. Convenció a su hermana para ir y para que no hiciera ningún ruido, tendrían que averiguar qué estaba haciendo la vecina allí.

Rodearon las escaleras de entrada y llegaron hasta la puerta del sótano, desde allí se podía ver una luz muy tenue y se escuchaban unos ruidos raros, además de sentirse un olor muy penetrante.

Bajaron las escaleras con cuidado, todo el tiempo llevando de la mano a la niña e insistiéndole con el dedo de que se quedara callada.

Cuando llegaron al final de la escalera, tuvieron que caminar un tramo más para adentrarse en una pieza iluminada por algunas velas. Allí pudo ver que la vecina tenía a una chica atada y amordazada sobre una mesa, medio desnuda; mientras ella, vestida de negro de la cabeza a los pies, pronunciaba unas extrañas palabras que leía en un gran libro que parecía muy antiguo. De inmediato, puso la mano en la boca de su hermana para evitar que gritara; cuando quiso retroceder hacía la salida le fue imposible ya que alguien venía bajando por la escalera. Rápidamente buscó un lugar oscuro donde esconderse, por suerte había un hueco tras la puerta desde donde podía verlo todo.

Quien se acercaba arrastraba los pies y caminaba muy lentamente, cuando la sra Bardé lo vio sus ojos brillaron de placer, su semblante parecía el de una loca. A su lado, la chica atada y amordazada abrió los ojos  espantada mientras movía pies y manos tratando de liberarse.

— Al fin llegas Señor — hizo una reverencia la mujer.

— Como todos los años, estemos donde estemos, te hemos traído tu ofrenda . . . — le decía señalando complacida a la chica.

Darla seguía tapando la boca y los ojos de su hermana para que no viera, estaba segura que se venía algo malo, muy malo.

De inmediato, ese ser que había llegado se adelanto y pudo verlo: era el  mismo diablo en cuerpo presente y pronto para la acción. Darla tapó su propia boca para no gritar pero desistió al recordar a su hermana, prefirió taparle los oídos  a ella al tiempo que la acurrucaba contra su pecho  para impedir que viera u oyera algo.

Luego, no le quedó más remedio que ver como esa chica era violada salvajemente por este ser; al principio esta se resistió pero luego quedó quieta, mirando fijamente en dirección a ella como si pudiera verla.

Darla quedó congelada, la conocía. Era la hija de la otra pareja amiga de sus padres, quienes también habían hecho entrañable amistad con los Bardé.

Cerro fuertemente los ojos al tiempo que acunaba a su hermana, que al parecer se había dormido en la calidez de su abrazo, y escuchaba los ruidos obscenos que emitía el horrible demonio; la Sra. Bardé miraba la escena a punto del orgasmo, seguramente siguiera ella y al parecer lo estaba esperando ansiosa.

Luego de tener que ver eso también, a esta satánica mujer sobre esa abominación moviendo sus caderas y aullando de placer, al fin todo terminó.

El ser volverá a su guarida hasta el próximo halloween, en que será convocado por la vecina, y esta se presentará antes sus vecinos alegando, una vez más y en complicidad con su marido, que le fue imposible estar presente debido a un fuerte dolor de cabeza.

Por su parte, Darla no sólo tendrá que convencer a su hermanita de que todo fue un horrible sueño sino que también tendrá que fingir sorpresa cuando le digan que la hija del matrimonio, amigo de sus padres, ha desaparecido. Además, deberá vivir con el recuerdo de  lo sucedido en ése sótano por el resto de su vida y lo que es más aterrador: tendrá que convencer a sus padres, como sea, de mudarse de allí si no quiere ser ella la que desaparezca el próximo halloween.


octubre 2011