Una mezcla de sangre, aceite y baba se le escapaba por la comisura de los labios; no dejaba de quejarse y reírse entre palabras incoherentes. Era una escena acostumbrada pero causaba pena ver que en todas las reuniones se pasara de copas y, por hacerse el gracioso, terminara accidentado.
Pero en esa ocasión no se trataba de una reunión cualquiera, de una persona cualquiera; desde la puerta...(lee la continuación en be bloggera, pinchando el banner)
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Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminarQue hermoso y qué frase tan certera... es de esas que hay que tener tatuadas en la mente para que jamás se olviden... felicidades.
ResponderEliminarI like it! está muy padre :)
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