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Borremos el Racismo del Lenguaje

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Proyecto Adictos a la Escritura, Noviembre 2013: YO



El siguiente proyecto fue el más votado por la comunidad de Adictos a la Escritura para este mes. Se denomina YO y consiste en escribir un texto en primera persona y se debe intercambiar sexo con el protagonista, es decir: si uno es hombre el protagonista debe ser una mujer y viceversa. De modo que aquí va mi relato escrito en primera persona bajo la piel de un hombre muy especial.



Lazos Peligrosos


«Que no está muerto lo que yace eternamente, y con los eones extraños incluso la muerte puede morir».
Necronomicón
H. P. Lovecraft

Era una casa muy antigua. Sus pisos de madera eran tan viejos que crujían ante mis pasos vacilantes. El crac crac de la madera y el aroma que impregnaba el aire, mezcla de cera para muebles y clavo de olor añejo, que no por ello se volvía desagradable, me hacían sentir como en casa.
Me encontraba en lo que parecía ser un estudio, pero su morador no se encontraba allí.
A través de los pesados cortinados de encaje que cubrían el ventanal se filtraban los rayos del sol de medio día, que cruzaban la estancia y permitían ver partículas de polvo flotando entre la luz.
Todo estaba limpio. El tapizado color chocolate de la otomana resistió imbatible el paso del tiempo, al igual que el empapelado con motivo de hojas verdes que cubrían las paredes. Sobre el escritorio, que parecía en perfecto orden, se apreciaban algunos elementos con claras muestras de haber sido utilizados recientemente; como la máquina de escribir, una antigua Olivetti, que aún tenía una hoja incrustada, con varios renglones ya tipeados; un sello que se veía mojado, sobre una almohadilla empapada en tinta azul; y dos o tres plumas esparcidas como al descuido, junto a un par de tinteros cerrados y varias carpetas.
Una gran biblioteca ocupaba toda la pared tras el escritorio. Los lomos rojos y dorados exhibían títulos y autores de todas las épocas y lugares; muchos que no conocía como Mario Benedetti, García Márquez, John Green, Machado de Asís, Isaac Asimov, George Orwell, Haruki Murakami, Ferdinard De Saussure, Noam Chomsky; y otros que provocaron que me emocionara al punto de las lágrimas, como Robert Bloch, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, August Derleth, Donald Wandrei o Edgar A. Poe.
Qué bien me sentía allí, me sentía como en casa...mi casa. Allí donde pasé los mejores momentos de mi vida.
Acaricié la madera lustrosa del escritorio y vi mis dedos largos y blancos, manos de hombre, bien cuidadas. Me resultó extraño, miré mis manos sorprendido, en el dedo anular de la izquierda llevaba un alianza gruesa, de oro; mis ojos se detuvieron en mis zapatos de cuero marrón, se veían de calidad, posiblemente fueran caros; continué, observando y tocando el traje azul que llevaba puesto, hecho a medida, buena tela, excelente calidad. Toqué mi rostro, al que aun no había visto, al tiempo que buscaba por allí alguna fotografía mía. De pronto reparé en una plaqueta de bronce que descansaba junto a las carpetas; «William Greene Lovecraft», se podía leer sobre la brillante superficie. Entrecerré los ojos, los recuerdos comenzaron a arremolinarse en mi cabeza, había muchos, pero ninguno correspondía a esas últimas horas.

¿Qué está sucediendo? ¿Quién es ese William? Con Sonia no llegamos a tener hijos, al menos que yo estuviera enterado, es imposible que tengamos descendientes ahora.

Abatido, me senté en el sillón de cuero, tras el escritorio. Los recuerdos eran confusos, siempre pensé que lo que sucedió aquella noche en casa de Sonia, cuando celebramos el divorcio con una botella de vino, había sido sólo un sueño; nuestra última noche juntos...
En medio del desconcierto mis ojos se toparon con una fotografía en blanco y negro en la que posabamos juntos, en el inicio de nuestra relación. Cuando iba a respirar aliviado, la fotografía a colores que se hallaba junto a esta, en marco dorado, me descolocó; un joven muy parecido a mí, con una gran sonrisa en el rostro, posaba con dos chicas, y una pareja mayor. Mi curiosidad me llevó a estirar el brazo para tomarla pero con el movimiento arrastré las carpetas que cayeron al piso, dejando al descubierto un libro voluminoso de color marrón, de tapas duras, desgastadas, con una especie de cintillo de cuero que envolvía al libro y se prendía a una hebilla de bronce opaco, para mantener sus peligrosos secretos a salvo de ojos curiosos.
Un libro que conocía muy bien y que me aterraba. Me retiré hacía atrás con rapidez, como si me quemara, mi respiración se aceleró y la angustia se apoderó de mí. Ya no me sentía a salvo allí, algo había sucedido y no entendía qué era.
Salí apresurado de esa estancia, en busca de alguien que me diera una explicación. El resto de la casa destilaba el mismo aire antiguo, pulcro, acogedor. Sin embargo, yo ya no me sentía bien en ese lugar. Comencé a abrir puertas, para ver si me topaba con algún ser vivo, pero no hallé a nadie. En mi desesperación abrí una puerta que me llevó al toillette. Iba a irme desilusionado, pero recordé que quería ver mi imagen y me acerqué al espejo.
Cuál no sería mi estupor cuando me vi frente a alguien que acababa de conocer en una fotografía a color. Miré el entorno, me sentí pequeño ante el lujo que ostentaba ese toillette, una modernidad que no había en mi tiempo, que yo no tuve en mi vida, ni antes ni después de morir mis tías. Corrí hacía la pequeña ventana y miré al exterior. Mi horror aumentó al ver esos vehículo estacionados a lo largo de la cuadra, modelos de automóviles que nunca antes había visto, ni siquiera en mis sueños más siniestros.
En ese momento todo el entendimiento del mundo llegó a mí,

¡No puede ser! Este estúpido, quien quiera que sea, ha estado jugando con El Necronomicón y me ha traído a la vida en su cuerpo...

Salí de la sala de aseo tambaleándome, a punto de caer en la vorágine de mi desesperación, cuando oí que la puerta de calle se abría. Intenté escapar, volver a la habitación en la que había despertado, creyendo recuperar mi vida, pero una mujer joven me vio y caminó hacia mí entre risas.

─¡William! ─exclamó feliz, y me tomó del brazo─. ¿Pudiste dormir esa siesta que tanto necesitabas? ¿ O sólo me mentiste para no ir de compras conmigo? ─preguntó, al tiempo que se ponía de puntillas y me daba un beso fugaz en los labios.

─Lo siento, yo...─logré articular, sorprendido del tono varonil que ahora tenía mi voz.

─Tú y esa manía de rendirle tributo a ese pariente medio loco que vivió siglos atrás ─dijo, y se encaminó hacia uno de las habitaciones mientras se quitaba los zapatos de taco─. Espero que hayas adelantado esa lectura que era tan importante, no olvides que esta noche cenamos en lo de mi hermana.

La mujer no dejaba de hablar, ni de quitarse la ropa ante mí, que no sabía para dónde mirar. Sin embargo a ella parecía no importarle; cuando quedó desnuda se acercó a mí, arrastrándome hacía el baño, quitándome la ropa y besándome, sin darme la posibilidad de explicarme.

Vamos, abuelito Howard, déjate de niñerías. Al menos tienes la oportunidad de conocer a una verdadera mujer...Deberías agradecérmelo...

Escuchar esa voz en mi cabeza me horrorizó, pero no tanto como los gusanos que aparecían y desaparecían reptando por la bella espalda de la mujer...

33 comentarios:

  1. ¡¡BUENÍSIMO!!
    Otra fan de Lovecraft por aquí :)

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    1. Hola, Meli!
      Gracias por pasar a leerme, me alegra que te guste.
      Uff, sí, super fana!!

      Abrazo!!

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  2. Muy lindo, felicitaciones... :)

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  3. Excelente relato, muy exacto cuando dices que está escrito bajo la piel de un hombre muy especial. ¡Abuelito Howard!

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    1. Gracias, Li!!
      Y me quedé con ganas de saber qué más podía descubrir bajo esa piel >:o

      Beso!!

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  4. Me ha encantado la historia, se siente la confusión. Ni hablemos del final! :D

    La narración es impecable, ha sido un placer leer.

    Saludos!

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    1. Hola, Taty!
      Me alegra mucho que disfrutaras de la historia. Gracias por tus palabras :-)

      Abrazo!!

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  5. Original idea que llevaste a cabo de muy buena manera
    Un abrazo

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    1. Gracias, Laura. Creo que nunca disfruté tanto escribiendo un texto como disfruté este :-)

      Abrazo!!

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  6. Me ha encantado la descripción del lugar, pero no me ha gustado la historia... Me ha faltado un "nosequé".

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    1. Hola, Cristina!!
      Gracias por tus palabras, si te gustó algo ya es suficiente para mí.

      Saludos!!

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  7. Jajajajaja, abuelito Howard, jajaja, como me he podido reir con eso :D Me ha gustado mucho, tiene una atmósfera muy añeja al estilo Lovecraft, justo hace unos meses me leí toda su obra y me encantó. Lo de que lo resucitó con el Necronomicón ha sido estupendo ;)

    Besos!

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    1. Hola, Paty!!
      jajajajaja, un cariñito al abuelazo de Lovecraft <3 Un genio!!
      Me alegra que te guste, gracias por tus palabras!!

      Besote!!

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  8. Interesante, muy interesante y bien redactado, me atrapó de principio a fín, por allí vi que a "vehículo" le faltaba la "s" al final, del resto todo bien :)

    Me ha gustado mucho! Saludos.

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    1. Gracias, Kroana!!
      Gracias por hacerme notar ese error, ya lo corrijo :-)

      Saludos!!

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  9. Me ha gustado mucho, el final sobre todo pues he creido que ella era real. La descripción del sitio y de la habitación fenomenal. Un abrazo.

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  10. ¡Hola Patricia! ¡Genial! Realmente fueron lazos muy pero muy peligrosos. ¡Me ha gustado mucho!

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  11. Hola, Patito!!

    Genial relato, muy bien ambientado y bien llevada la historia. Me gustó mucho, independientemente de que se trate de Mister Lovecraft, creo que es una historia original, con varios guiños a la obra de ese autor y aparte... maldita, lo escribiste en un rato :-P

    Besos!!

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    1. jajajjaaja, Magucha!!
      Vos sabes que cuando tengo esas visiones infernales me siento poseída de una inspiración especial jajajajja
      Gracias por tus palabras y por ayudarme a mejorar ;-)

      Besote!!

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  12. Me ha gustado mucho, me parece que está muy bien escrito y con unas descripciones tan exquisitas que estaba viendo todo el lugar en mi cabeza con todo lujo de detalles. ¡Felicidades!

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    1. Gracias por tus palabras, Osnolasaga.
      Ya me doy con satisfecha al saber que pudiste ver al abuelito en esa extraña situación >:o

      Besote!!

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  13. Interesante historia y bien logrado el estado de confusión del protagonista.

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  14. ¡Fantástico, me ha encantado! Confieso que una vez intenté leer el Necronomicón y lo tuve que dejar porque me daba miedo XD.

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    1. Hola, María!
      Gracias por pasar a leerme, me alegra que te haya gustado.
      Te soy sincera, yo aún no llegué a leerlo :3 Pero es un pendiente que me tiene muy ansiosa :-)

      Besos!!

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  15. Aquí otra fan de Lovecraft, encantada con la ambientación que has conseguido elaborar en el relato. Los guiños a la obra de Howard muy acertados. El final totalmente inesperado, escalofriante y "gracioso" al mismo tiempo. Pero no me río mucho que al final quedó en escalofriante xD ¿Algo malo? Los diálogos internos del personaje, no me acaban de convencer. Y, por ejemplo, está mal dicha la frase "Con Sonia no llegamos a tener hijos" (a no ser que se refiriese a él y a otro,...). Nada más. Saludines

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    1. Hola, Bess, gracias por pasar y tomarte el tiempo de leerme.
      Me alegra que te haya gustado lo que te gustó y lo que no te convence lo lamento, no se puede gustar a todo el mundo. Con respecto a esa frase que decis es sólo lo que dice, se refiere a él y a Sonia, no creo que sea tan difícil de entender. En Uruguay se entiende, y creo que todos los que lo han leído hasta ahora lo han entendido; a lo mejor te gustaría que dijera "Con Sonia no llegué a tener hijos" o "Sonia y yo no tuvimos hijos", que es lo que esa frase que te parece tan confusa quiere decir. En todo caso, más explícita no podía ser, sino pasaba a ser un relato erótico, lo que no era mi intención. No sé si está explicación te quedó clara o quedó muy confusa :-P

      Saludos!!

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  16. Escritura limpia e inmaculada. Descripción maravillosa. Me ha encantado.

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  17. Me ha gustado mucho la idea y como la has llevado a cabo.
    Sumamente interesante, me ha encantado tu relato :)
    Besos.

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  18. Me declaro fan de este relato. Me encantó ^^.
    PD: Odio las palabras de verificación...

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"La vida se ríe de las previsiones y pone palabras donde imaginábamos silencios y súbitos regresos cuando pensábamos que no volveríamos a encontrarnos."


José Saramago
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