Le costó amoldar sus labios para que adquirieran la forma que deseaba. Probó de mil maneras, hasta que al final quedaron en posición, apretaditos y poniendo trompita. Cerró los ojos y se quedó así una eternidad. Aún estaba dudando, pero finalmente se animó. Pronto sus labios se posaron sobre la fría y lisa superficie.
Le resultó difícil aceptarlo y tomar la decisión, pero al fin se había dado la oportunidad de amarse a sí misma. Besar su propia imagen en el espejo fue el primer gran paso.
Con este texto participé en el relato del mes de junio: El beso, en el blog El Relato del Mes. El mismo estuvo entre los cincos finalistas.
Es hermoso, Patri!! Saludos :-)
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
ResponderEliminarCariños, Lou.