Un día se encontró buscando, no sabía qué, pero la necesidad imperiosa de encontrar algo que intuía perdido la embargó.
Caminó de calle en calle, buscó de mirada en mirada, devoró un libro y otro; preguntó, exigió, insultó, pidió... y nada.
El día que encontró el viejo diario, donde escribía en su adolescencia, recordó lo que buscaba.
Cuando al abrirlo mariposas de colores, sueños locos y fantasías olvidadas comenzaron a salir en bandadas, se produjo al fin el tan añorado reencuentro con su niña interior.
Microrelato publicado en Revista
Hermoso.... felicidades
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