El hombre del futuro sueña, mientras el hombre presente se ahoga en sus propias lágrimas amargas y se transforma; se vuelve abono para los sueños e ilusiones nuevas que comienzan a crecer, y que aguardan a que el nuevo hombre despierte.
Los Dioses lo protegen, susurran entre ellos y suspiran expectantes mientras lo observan emerger bañado en savia pura desde el vientre del tiempo. Los Dioses lo aman, es su apuesta más fuerte a la esperanza.
Muy bueno y ese dibujo está genial, me gusta mucho...
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