Hola, tarde como siempre cuelgo mi día # 2 en la maratón. La parte en letra arial de este texto es la extensión con la que lo había publicado originalmente en mi otro blog Mis Musas Locas, pero siempre me quedaron las ganas de seguirlo. Aprovechando la maratón no sólo reedito esa parte, a la que realicé nuevas correcciones, sino que termino por darle la continuación y el final que busqué en su momento.
Espero que lo disfruten.
Como bien dice el título de la entrada, incluyo aquí los días # 3 y # 4, puesto que durante estos llegué a escribir más de 6 hojas para un proyecto de novela romántica paranormal que no pienso publicar por el momento pero que hace ya un buen tiempo que comencé y para la que escribo todos los días. En realidad son dos los proyectos de este tipo que tengo para los que escribo con asiduidad cada día, razón por la que no estoy publicando mucho en mis blogs. Quizá algún día, luego de múltiples correcciones y revisiones hasta el cansancio, pues un corrector de estilo ya vi que está fuera de mi presupuesto, al fin me anime y los publique en blog novela ó lo auto publique.
Veremos que trae por aquí el 2012 ja!!
ENTRE MAGIA Y AMOR
Es la época Medieval. La habitación está a oscuras; apenas iluminada por unas velas que forman un círculo en el piso, y la luna que entra por los grandes ventanales de la vieja casona.
Ella, arrodillada en el centro de ése círculo de protección, espera. Por siglos ha esperado éste encuentro. Sabe que él la está buscando, lo ha venido haciendo a través de todas sus vidas.
Jamás la eterna rivalidad que ha existido entre Magos y Hechiceros ha influido en la voracidad de la pasión que los consume. Aun perteneciendo a familias que utilizan de modo distinto la magia, ellos se han amado de forma casi obscena desde el principio de los tiempos; tampoco en ésta época dejarán de hacerlo. A pesar de que lo desea con cada fibra de su ser, aun así, se protege dentro del círculo mágico; no quiere dejarse subyugar una vez más por ésa pasión abrasadora.
Sumida en éstos pensamientos está cuando el viento comienza a soplar cada vez más fuerte; al punto de abrir uno a uno los grandes ventanales, dejando entrar hojas por doquier y haciendo que algunas velas se apaguen y otras luchen por no dejar extinguir su luz.
Un extraño perfume se esparce en el aire, la mujer lo presiente; ha quedado desprotegida al deshacerse el símbolo mágico. Sabe que él está allí en la habitación observándola…y lo espera.
Un hombre joven se materializa ante ella. Lentamente se va inclinando hasta quedar en cuclillas y la mira con deseo. Sus ojos negros y profundos se pierden en el interior de los de la bella mujer, y puede ver los momentos de placer que han vivido en distintas oportunidades de sus diversas existencias.
Igual de lento comienza a deslizarse hasta llegar a las piernas de su presa; piernas que el viento ha dejado al descubierto y que él recuerda perfectamente. Sus manos de hechicero, manos deseadas por ella, al fin se posan en sus tobillos y comienzan a acariciar sus piernas deslizándose ardientes por sus muslos hasta llegar a despojarla de sus prendas.
Ella se deja. Cuánto tiempo esperando por esto. Un latigazo de placer le recorre el cuerpo, su piel arde de deseo y su vientre no puede aguardar a sentirlo dentro…pero no es el momento; siempre ha sido así entre ellos, alargar el instante de la entrega fundiéndose en el placer de los instantes previos.
Ya sobre ella busca su boca que lo recibe ansiosa, voluptuosa, lasciva; como siempre ha sido con él. Sus lenguas que se enredan, que se sorben hasta el último instante de vida juntos, hasta quién sabe cuándo.
Ella que le arranca la ropa y él que arremete como si fuera una lucha de enemigos cuerpo a cuerpo, a muerte, sin pausa ni tregua; y sus ojos que se buscan entre gemidos y jadeos de placer, y que ya no permiten retardar un minuto más el momento de la entrega.
Sus esencias vuelven a fundirse y a escribir nuevamente la desgracia de su amor y de su deseo en los cuerpos que se han vuelto etéreos y que, en la danza de su mutuo amor, se han elevado del suelo.
Él, considerado un hechicero de poca monta por la familia de la aprendiz de maga; ella, quien está destinada a ejercer la alta magia…pero nunca lo logra.
Su entrega a ésta pasión tan terrenal y física la aparta de toda posibilidad de aprender los grandes enigmas; y así es y será, vida tras vida.
Cuando despierta él ya se ha ido; con su deseo y su pasión consumados y ése amor que le perfora el corazón y que lo acompañará hasta la próxima vez que se reencuentren en otros cuerpos y en otro lugar. Siempre con la misma esperanza pero también con las mismas barreras.
Ni siquiera la magia puede evitar el llanto que corre por sus mejillas, todo a causa de la maldición a la que otros los ha condenado con sus rivalidades.
El castigo de tener que vivir con el recuerdo del hombre que ama en la esencia que ha dejado en sus entrañas; en el deseo que le seguirá quemando la piel y en ése amor que se le ahoga en el corazón esperando por una próxima vez.
Un día más en la vida de la bella pelirroja del 4to. A.
Nadie sabe nada de ella, es muy reservada y escurridiza. Cuando parece que está, un parpadeo y desapareció de la vista.
Nadie sabe nada de ella, es muy reservada y escurridiza. Cuando parece que está, un parpadeo y desapareció de la vista.
El portero tiene la suerte de comprobar cada día lo bien que le quedan esos jeans ajustados; tiene un cuerpo que le quitaría el sueño a cualquiera. A pesar de que ha querido sacar tema de conversación cuando la encuentra en el ascensor ella se mantiene siempre distante, se diría que no lo capta.
Maia, se llama la pelirroja. “Es extranjera, probablemente sea irlandesa” piensa el portero mientras la ve irse.
Maia estudia la carrera de la licenciatura en Antropología Social. Aunque no lo parece le gusta la historia que pueden contarle huesos viejos y amarillos que guardan, en muchos casos, las costumbres y creencias de etnias desaparecidas.
Mientras está limpiando cuidadosamente un cráneo encontrado recientemente siente sobre sí la mirada oscura y penetrante del nuevo profesor. Iván se llama el joven y apuesto Doctor en Antropología, quien impartirá una de las materias cuyo puesto ha quedado vacante por jubilación del docente anterior.
Ella prefiere no mirarlo, en varias ocasiones sus miradas se cruzaron y ella llegó a quedarse en blanco. No entiende el porqué de este efecto, en realidad no hay nada en él que la atraiga; no encaja dentro de su prototipo de hombre.
Hoy ha decidido quedarse a recuperar las horas de práctica que tiene pendiente. Todos sus compañeros se han ido y ella ha quedado en compañía de sus queridos huesos parlantes; está a la expectativa de saber qué historia van a contarle hoy.
Le gusta estar en ese recinto que huele a encierro, a vida vieja, a vestigios de otras huellas que caminaron por esta tierra.
―Te entiendes muy bien con los muertos Maia.―la sobresalta la voz seductora de Iván.
Este se encuentra apoyado contra una estantería y la mira fijamente con las manos en los bolsillos de su pantalón de lino. Ella siente que le habla con una confianza que considera normal, como si se conocieran de antes. Nota la ansiedad haciéndole cosquillas en el corazón, como si acabara de recibir a alguien que hace mucho tiempo no ve.
No puede apartar los ojos de su mirada, la subyuga con su sonrisa. Repentinamente siente un deseo descontrolado de acercarse a él; la necesidad imperiosa del reencuentro.
Iván nota sus dudas, sus esfuerzos por buscar una respuesta o explicación lógica que seguramente hay a lo que le sucede.
―Este es el tiempo de nuestro reencuentro. ¿Lo recuerdas Maia?―le susurra dulcemente al tiempo que se va acercando a ella,
Los latidos de su corazón se aceleran, la tibieza del deseo le recorre el cuerpo.
Por más que piensa no entiende a qué se refiere; sin embargo, ella también añora un instante así. La sensación de estar frente a alguien que ha estado esperando toda su vida la embarga.
Pronto él está a su lado, le acaricia el rostro. Ella cierra los ojos y apoya la mejilla en su palma. La besa. Los recuerdos de todas sus vidas se hacen presente; el deseo y el amor que siempre los ha acompañado y que él se encargó de hacer que se realizaran vida a vida. Manteniendo la esperanza de la unión absoluta y definitiva en una época y en un lugar donde las decisiones de otros no los afectara.
―Ya no podemos permitir que nos separen. No quiero más vidas, solo esta última junto a ti para siempre.―Le dice Iván rozando sus labios.
―Esta vida…para siempre.―repite Maia con los ojos cerrados.
Cuando los abre está sola, con la sensación de que todo fue sólo un sueño. Aún recuerda las visiones que tuvo y las emociones que experimentó entre los brazos de Iván.
Se queda unos instantes mirando al frente y rápidamente deja todo, se quita la túnica, toma su bolso y sale.
“Es esta vida, para siempre”, piensa mientras corre por el pasillo vacío de la universidad.
Ni siquiera sabe a dónde se dirige, sólo espera que él no se haya retiró aún del edificio.
Al doblar en uno de los corredores tropieza con alguien, tirándole todo lo que lleva en las manos.
―Discúlpeme, que tonta soy.―habla atropelladamente, mientras recoge con prisa las cosas para ayudar.
―¿Te encuentras bien Maia?―detiene lo que está haciendo y lentamente levanta la vista.
Es Iván con quien tropezó, que la observa con esa mirada que hasta hace unas horas atrás le molestaba. Le sonríe con complicidad, ella corresponde.
―En esta vida…para siempre.―susurra Maia sin apartar sus ojos.
―Para siempre…―repite él.
Las imágenes de sus vidas pasadas desfilan ante sus ojos pero ellos están allí, en el aquí y ahora. Al fin libres del yugo de una maldición impuesta por otros.
increíble amiga, tengo un cuento casi idéntico a este que no publiqué en el blog porque es de cuatro carillas, se llama "Amalgama", si querés te lo paso. Saludos
ResponderEliminarGuauu Arlane, ciertamente increible!!
ResponderEliminarEstaremos conectados!!??
Patricia ayer no vi el micro ecologista que ha salido hoy en mi blog (estaba programado de hace tiempo) te mandaré un marcapáginas con el, de regalillo de navidad
ResponderEliminarUn abrazo!!!