— Estoy loca por ti . . . por favor, no tardes en volver. — le dijo, con los ojos cerrados sintiendo sus labios tiernos en la boca.
Quedó con el cabello revuelto y las ropas desarregladas, él siempre se las ingenia para hacerle perder el control y las buenas costumbres. Todo, todo lo que imaginara alguna vez y hasta lo que no se sintió nunca capaz de hacer con un hombre lo lleva a la práctica con él.
La provoca de tal forma que se desinhibe a límites insospechados. Él es su hombre, se humedece con solo recordarlo, logra los mejores orgasmos con solo evocarlo.
Le cuesta tanto separarse de él, es un martirio tener que archivar las nuevas líneas que ha agregado a su novela y luego apagar el ordenador hasta el otro día; hasta el momento en que lo enciende otra vez y, al abrir esa carpeta, él vuelve a ser suyo. . .
Ahhh... eso siempre me pasa... :-D que destino cruel...
ResponderEliminar¡Excelente! escribir nos hace sentir esas cosas, lo mismo sucede cuando leemos jaja.
ResponderEliminarUn beso, que tengas una buena semana Patokata...