— Mía...sólo mía, siempre mía...— repite murmurando ante los asistentes al tiempo que, con el rostro cubierto de lágrimas, pone la última palada de tierra sobre el féretro ya cubierto de su amada difunta esposa.
En el baúl de su coche, bien a resguardo, descansa un frasco vacío de veneno para ratas que apareció "misteriosamente" el día que su esposa le pidió el divorcio...
Participé sin éxito con éste micro en el concurso que organizó Torcuato en el mes de abril en el blog
También fue mi colaboración debut en Revista
Me ha gustado mucho Patricia!! Para mí, el microrrelato es uno de los más difíciles. El tuyo está genial!!
ResponderEliminarUn besito
Gracias Mientrasleo, me alegra mucho que te guste!!
ResponderEliminarBesos!!
Hola Ro, me halagan tus palabras. Yo adoro los micros, soy bastante haragana para escribir y me viene de perillas jeje!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
buen final.
ResponderEliminarme gusto el final.
ResponderEliminarGracias David!!
ResponderEliminarUn gusto tu visita!!
Saludos!!